Hace ya algunas semanas, en una de las calles de Madrid me detuve a observar un pequeño altercado aéreo entre gorriones y golondrinas. (Hirundinidae). Ellas intentaban entrar en las rendijas que habían en una pared, mientras los gorriones las defendían a toda costa, unos desde adentro y otros volando afuera.
Las rendijas y pequeñas oquedades en las paredes son muy solicitadas por diversas variedades de pequeñas aves. No pueden arriesgarse a construir sus nidos en los árboles, porque sus huevos y pichones quedarían expuestos a las hurracas e incluso a los mirlos, tordos y aves de mayor tamaño. Por eso es que, tanto gorriones como golondrinas y otros pajarillos de pequeño tamaño, defienden sus preciados hogares. Si no hay nido no hay puesta y no habrá polluelos.
En definitiva: la crisis de la vivienda en las grandes ciudades alcanza incluso a las aves.