Cuando Carlota, la perra bulldog de mi hermana menor, tuvo su camada de cachorros, hubo un machito al que rápidamente abandonó. Y no sólo dejó de prestarle atención, sino que impedía que mamara. Incluso trató de asfixiarlo varias veces, en un intento evidente de poner rápido fin a su vida.
Mi hermana la amonestaba, y colocaba al cachorrito para que mamara también, pero el animalito era muy poco lo que permanecía pegado. Se hizo necesario alimentarlo artificialmente, pero resultó difícil, porque soltaba rápidamente la mamila del tetero, pues se atragantaba a cada momento.
Al cabo de una semana, su falta de desarrollo con respecto a sus hermanos y hermanas era tan notoria que decidieron llevarlo al veterinario. El diagnóstico fue fulminante. El animalito no tenía paladar. Lo que debía ser el cielo de la boca era un agujero, por lo que cualquier cosa que intentara beber se le iba hacia las vías respiratorias. Fue necesario sacrificarlo.
¿Cómo supo Carlota, su madre, que el animal no era viable, que no lograría sobrevivir? Es un misterio. El hecho es que la perra lo supo desde el mismo momento en que el cachorro nació, y por eso decidió no prestarle atención ni dejarlo mamar, para que los otros hermanos tuvieran más leche disponible, y con ello más probabilidades de supervivencia.
Actualización 03-11-2006. Fotografías, Bulldog hembra, hija de Rasil´s Rene y Anne Bambam, registrada en la Federación Canina de Venezuela con el nombre Astarte de Ho, propiedad de Carlos Alberto Campiglia Díaz, y familiarmente llamada «Carlota» para su familia, madre del macho que presento en el post anterior titulado ¿Qué es un perro?