¿Tu perro es el líder, o eres tú? ¿Quién manda?

Si hay algo que hable mal de una persona, como educador canino, es verla siendo arrastrada por su perro, que va al extremo de la correa dominando y tirando de ella, tratando de imponerse como el líder.

Y si algo hay dañino en el entrenamiento conductual de un perro son esas correas extensible y auto enrollables. Si le das libertad, el perro tirará hasta la longitud máxima de los tres o cuatro metros que quizás tiene la tuya. Pronto te cansarás de que el animal vaya tirando de ti y comprarás otra de seis u ocho metros, para encontrarte con que tu maleducado can va al extremo de la misma, tirando aún de ti, pidiendo más y más.

Si andas de cacería por el campo y tu perro perdiguero va delante levantando las aves, puedo entenderlo, porque así debe ser. Y si no estás de cacería ―que espero no te guste― pero andas por el campo o por un amplio parque, está muy bien que le des libertad a tu fiel amigo para que corretee libremente.  Pero si ese no es el caso, no lo entiendo, ni admito, ni justifico. El jefe de esa manada eres tú, y por eso eres tú el que debe ir  adelante. Tu perro ha de ir a tu lado, ligeramente detrás. ¿No es así en tu caso? Pues permíteme decirte que la culpa no es del chucho sino tuya, solamente tuya.

¿No has podido lograr que tu perro camine junto a ti, pero has logrado educar hijos modelo, que es  infinitamente más difícil? Eso si que no puedo entenderlo.

Las correas extensibles son artículos útiles, pero solamente después de que tu perro ha aprendido a caminar obedientemente a tu lado con la correa corta tradicional, cuando ha aprendido a estar suelto en las áreas abiertas y regresar a tu lado cuando lo llamas. Las correas extensible son una ayuda en zonas donde quieres darle cierta libertad de movimientos, pero que bien sea por causa de las normativas existentes que te obligan a llevarlo atado, o sea por motivos de seguridad del propio animal, no puedes arriesgarte a soltarlo. En todos los demás casos, aunque la correa sea extensible, úsala corta y fija, con el perro caminando a tu lado. Lo agradecerás tú y lo agradecerá más él. Y ambos lograrán disfrutar de un agradable paseo en íntima compañía.

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