Una gata sobreviviente

una gata sin un ojo

Cada día, los abnegados bomberos salvan nuestras propiedades, pertenencias y vidas, así como las de numerosos animales. Algunas pocas veces son batallas cubiertas por los medios de comunicación; otras, la mayoría, son calladas y pasan desapercibidas. Ellos cumplen con con esa labor para la cual se les paga, incluso más allá del deber. Pero hay otros que también libran batallas diarias, sin pago alguno, por pura dedicación, por puro amor, mucho más allá del deber; son voluntarios en muchas organizaciones de rescate animal. Quiero mencionar a los voluntarios de la Asociación Madrid Felina, en uno de esos casos.

Hace algunas semanas, en el artículo titulado: Las batallas de cada día, Tunia contó en su blog el caso del rescate de una gata y sus cachorros, atrapadas entre las paredes de una edificación. Destaca la ardua, larguísima y peligrosa labor en que se convirtió el rescate de la última cría. Los voluntarios y voluntarias de Madrid Felina pudieron muy bien haber desistido del intento, nadie se los hubiera reprochado, dadas las circunstancias. Pero ellos perseveraron y lograron arrancarla a las garras de la muerte, quien ya la consideraba suya.

Nachita, que así se llama la gata que subió a la superficie casi moribunda, y que a día de hoy pelea por su vida con nuestra ayuda, se ha librado de morir lentamente. Lo hubiera hecho, además de lentamente, en silencio, porque ella y su madre, la gata “Conchi”, y sus hermanos, forman parte de los gatos olvidados, los que la ciudad no quiere, los que día a día sobreviven a las malas en nuestra ciudad. Este no es sino el relato de un día de trabajo más de Madrid Felina. Desde hace muchos años es así. Cuando trabajábamos sin nombre, o ahora que lo hacemos con él, los gatos siempre han estado esperándonos en cualquier rincón. Allá donde estén saben que, si alguien nos llama y humanamente es posible, acudimos, porque somos los que “….miramos con ojos de gato esta maravillosa ciudad.

gata sin un ojo

Sin duda que somos muchos los que miramos con ojos de gato nuestra ciudad, y con ojos de perro, y con otros ojos también. Somos muchos los que sentimos con doble corazón: humano y animal, nuestra ciudad. Y somos muchos los que nos duele en el alma las penurias por las que muchos animalitos pasan, y la soledad y el abandono en la que mueren. Pero son pocos, demasiado pocos, los que, además de todo eso, también dedican parte de su vida diaria, aún por encima de sus propias familias, muchas veces, para socorrer a esos queridos animales, y lo hacen en forma altruista, además.

gata sin un ojo

La gata Nachita perdió un ojito en su odisea, pero sobrevive gracias al esfuerzo de tantas personas, y progresa gracias al mimo y cuidado de Tunia, quien actualmente la cuida. ―Seguramente que con la invaluable ayuda de su gato Lupo, experto en la materia.― Sin embargo, Nachita necesita un hogar, pero uno especial. Necesita a alguien que la mire y no vea el ojo faltante, sino la hermosa expresión del que le queda, alguien que sienta la exquisitez de su personalidad y perciba el amor de su gratitud, alguien que vea en ella una gata completa.

Tunia me ha enviado esas tres hermosas fotos que lo dicen todo. Y viéndolas, recuerdo que hace unas pocas semanas, encontré la página web de la Sociedad Valenciana de Protección de animales y Plantas (SVPAP) en Valencia, España. Me llamó la atención porque, en su centro de adopciones urgentes, ofrecen una gran cantidad de gatos y perros, a pesar de encontrarse mutilados de alguna pata, de un ojo, o con algún problema especial. Y los recuerdo porque, refiriéndose a la falta de una pata en una gatita, -que ya fue adoptada- en una frase que se ha marcado indeleblemente en mi mente, preguntaban:

¿A quién le importa que tenga una pata menos?, cuando ella ni se acuerda…

Y yo lo replanteo: Si a ellos nos les importan sus defectos y carencias, ¿por qué habría de importarte a ti?

Un perro o un gato al que le falte una pata, o un ojo, o sea sordo, e incluso ciego, puede llevar una vida plena, haciendo feliz a muchas personas. ¿Por qué no a ti? ¡Es tan poco lo que ellos necesitan, y tanto lo que tú les puedes dar!

Los invito a que lean el relato del rescate, de las batallas de cada día, en el blog de Tunia, y de que se den una vuelta por la web de la Asociación Madrid felina donde tantos corazones anónimos, que no buscan titulares de prensa, se van cada día a la cama con el corazón rezumante de satisfacción, y teniendo un peldaño menos que subir en la escalera al Cielo. Y si vives en Valencia o sus alrededores, y quieres sentirte dichoso contigo, con el mundo y con Dios, mira la página de SVPAP, que seguro encontrarás quien te esté necesitando. Y hay otras muchas asociaciones similares en distintos lugares; seguramente que hay una cerca de ti.

Mis post relacionados: Asociación Madrid Felina.


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