El gato que esperó por años

gato callejero del Parque de el Retiro
Son muchas las anécdotas con respecto a comportamientos asombrosos de algunos animales. Maravilla la capacidad de algunos perros para llegar a su hogar meses más tarde, después de haberse perdido a muchos kilómetros de distancia.

En la página 98 del número de marzo 2008 de la excelente revista Selecciones del Readers Digest, se narra la historia de la gata llamada Botas. Myra Whalley cuenta que, viviendo con su esposo en un tranquilo rincón en el campo canadiense, tuvieron necesidad de mudarse a la ciudad, pero no pudieron llevarse a su gata. Años más tarde, acuciados por la nostalgia de su idílico rincón campestre, lograron regresar a su vieja casa.

El día que hicimos la mudanza, ¡apareció Botas! Estaba sucia, andrajosa y muy delgada, pero feliz de volver a encontrarnos. Resulta sombroso pensar que la gatita esperó todo ese tiempo a que volviéramos.

Si pudiéramos recopilar todas las historias similares a estas, a los que aún son renuentes a aceptarlo, no les quedaría más remedio que terminar de aceptar que, cuando es bien tratado, el amor que un animal puede desarrollar por nosotros, trasciende el tiempo y el espacio. Y quizás comenzaran a verlos con otros ojos diferentes.

NOTA: la imagen corresponde a una de mis fotos de la colonia de gatos que viven en el Parque de El Retiro, en Madrid.

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