¿Quién dice que un gato no puede pasear?

Aiko, gata siamesa

Ya he dejado adecuadamente aclarado en este blog que mi principal experiencia es con perros, y que los gatos entraron en ella bastante recientemente, pero con una fuerza avasalladora, influyendo mucho y muy positivamente, en mi.

El 19 de abril de 2007, en el post titulado  «Paseando al gato»  escribí sobre mis primeras experiencias en este sentido, específicamente con Aiko, la entonces joven gata siamesa de mi hija mayor. Como acostumbro hacer aquí, prefiero hacer referencia a mis propias vivencias y no tanto a lo que los libros puedan decir. En este caso coincido completamente en que los siameses son gatos que se prestan muy bien para el paseo, aunque también se que es posible hacerlo con otras razas; todo está en acostumbrarlos desde jóvenes, preferiblemente, y en la paciencia y cariño que se ponga.

Pero así como me he encontrado con muchas personas que se asombran, muy gratamente, de ver a un gato paseando por la calle o el parque, tomándolo muy bien, también las hay que les parece inadecuado.  Al respecto, Gladys Torán, que está entrenando a su joven gatita Nuka para pasear con ella, y ha progresado bastante, me refiere que la mayoría de las personas dentro de su círculo de amistades, piensan que está confundiendo la educación que le está dando, tratándola más como a un seudo-perro que como  a un gato.  Ella dice, y muy acertadamente:

Opinan que un gato no quiere salir de casa y solo desea comer, limpiarse, dormir y… dormir (por el hecho de haberse adaptado mejor a la limpieza y orden de un hogar y a nuestras costumbres), y no piensan que igual que nosotros necesitamos nuevas experiencias que ejerciten nuestro cerebro, los animales también. Incluso el gato hogareño de ciudad que se pasa el día tumbado en el sofá. En fin, está en nuestras manos el conseguir un compañero sano… física y emocionalmente.

Me parece que quienes opinan que, a diferencia de un perro, el gato debe permanecer dentro de la casa, como un muñeco de peluche en el sillón, no tienen ni idea de la vida de estos felinos en la naturaleza. Si bien son territoriales, sus dominios pueden abarcar desde apenas la casa y su exterior, hasta enormes extensiones. Me consta, por referencias familiares, y por haberlos observado yo personalmente, que algunos gatos domésticos criados en el campo, pueden llegar a realizar rondas diarias de varios kilómetros. Porque si es verdad que no soportar largas carreras, si que pueden llevar muy bien largas caminatas… a su ritmo particular.

gato haciendo equilibrios

El detalle está en acostumbrarlos a ellos a que vayan sujetos de una correa, y acostumbrarnos nosotros a que, a diferencia de los enérgicos perros correlones, los gatos son muchísimo más pausados, y debemos llevarlos al ritmo que ellos quieran; el que ellos nos marquen, no al nuestro. Y si de algo sirve mi recomendación, en esos paseos es muy conveniente llevar a mano su bolso de transporte. Si acaso se asustara demasiado con algo, o se sintiera muy estresado, podrá refugiarse dentro de la seguridad que le da su bolso de transporte, transportín o kennel.

En los post que titulé: Un gato en el árbol y De paseo con el gato, describo e Ilustro fotográficamente la grata experiencia de pasear a un gato.

Foto: Aiko.

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