Un problema del corazón

zara de gato habanaLa siguiente es la narración que hace la señora Esther García, y que transcribo de un correo electrónico que me envió hace ya un tiempo, después de haber leído mi cuento: «Mucho más que un gato».

Salí muy de prisa, pues tenía que estar en la editorial a una hora determinada, y amenazaba lluvia. En el trayecto escuché un lamento que parecía un maullido y pronto lo descubrí. En medio de unos desperdicios de basura estaba un perrito, que tendría a lo sumo unas horas de nacido. A toda velocidad, fui a hacer la gestión a la editorial y regresé por el mismo camino, porque sabía que lo encontraría. Pero para sorpresa mía no estaba solo, lo acompañaban dos de su hermanitos. Los tres habían pasado la noche allí, y aún vivían.

Sin pensarlo dos veces los recogí y traje a casa. Los abrigué y les di leche con un gotero. Dejaron de quejarse y se durmieron, pero no recuperaban el calor. Horas más tarde, supe de una perra que había parido en la vecindad, y hablé con la dueña. Me llevé otra sorpresa, pero nada agradable. Los perritos pertenecían a esa perra, pero sus dueños querían deshacerse de ellos. Me costó convencerla para que se los dejara a la madre hasta que se recuperaran, y luego yo los asumiría. Ella aceptó. Pero esta mañana recibí la dolorosa noticia que los tres murieron en la noche.

Para mi esta no es la primera experiencia, pues soy amante de los animales y no puedo resistir verlos sufrir sin prestarle ayuda. Así me sucedió con mi perrito “Tico” quien me siguió un día que iba para el trabajo. Tenía una patita fracturada, y aunque me estaban esperando para una reunión lo recogí y regresé con él a mi casa, lo dejé allí y fui al trabajo. Ya la reunión estaba retrasada, así que excusé, diciendo que había tenido “un problema en el corazón”. Todo se alarmaron. Entonces aclaré que, se trataba de que, yo no tenía corazón para dejar a un perrito herido en la calle.

A “Tico” lo entablilló el veterinario, y vivió con nosotros 3 años. Un día, al cruzar la calle lo mató un auto.

Podría narrar otras historias, algunas tristes, otras no. Como la de “Mino”, un gatico que recogimos mi hija y yo hace 3 meses, y que ahora es nuestro compañero en el apartamento. Muchos especialistas plantean que los gatos no comen dulce; pues les diré que nuestro “Mino” es un gran dulcero. También tengo otro gato en Santiago de Cuba, que come vegetales (col,tomate,ají…)

Soy escritora, gran parte de mi vida escribí programas dramatizados para la TV. También he escrito teatro para niños y tengo tres libros publicados, dedicados a los niños. Amo mi trabajo, los niños y la naturaleza.

En estos momentos estoy recopilando datos sobre las características de los gatos, de modo general, y en particular sobre la raza “Gato habanero”. Esto me servirá para escribir un serial de la TV y un libro sobre el tema, ambos para los niños. Pero como no he podido encontrar material fidedigno respecto a esta peculiar raza felina, agradeceré a quien tenga alguno, que me envíe sus fotos, notas, folletos y sus experiencias con la raza.

También agradeceré referencias de libros al respecto.

(Fin de la narración)

Agradezco que, quienes tengan algo del material que la señora Esther García requiere, como ella no me ha autorizado para hacer público su dirección de email, me lo hagan llegar, que yo se lo reenviaré.

Raza de gato Habana, o gato habanero.

En mi búsqueda sobre esta raza, es poco lo que he encontrado en Internet, siendo los artículos casi calcados unos de los otros, inclusive con la misma fotografía, lo que me hace pensar que la raza no está muy difundida. La foto la saqué del mismo artículo que trata del gato Habana y cuyo enlace he colocado.


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