Cuando matar se convierte en arte

perro amarrado en un museo

Amnistía Animal Comunidad de Madrid, España, presentó en el 2006 una denuncia contra el artista Jordi Benito y el Museo Reina Sofía. Fue en relación con una presunta apología de un delito de maltrato animal, durante la exposición titulada El arte sucede. En ella se exhibió un vídeo en el que, durante sus 53 minutos de duración, y como una supuesta forma de arte, se mostraba una vaca a la que se apuñalaba en la garganta para extraerle la sangre en una copa, luego la mataban a martillazos, cortaban la cabeza, despellejaban y seguían con otros rituales que bien podrían pasar por satánicos, propios de un aquelarre.

Pensé que aquel caso, del que no supe el resultado de la denuncia, se trató de algo puntual y excepcional. Pero no fue así. Ha sucedido algo parecido, ya no en España, sinó al otro lado del ancho mar océano.

Guillermo Vargas Habacuc fue galardonado en la Bienal Costaricense de Artes Visuales (Bienarte) 2007 por su obra «viva», que bien podríamos definir como la «Exaltación del maltrato y crueldad con los animales».

perro amarrado muriendo

Agarró un famélico perro callejero y lo amarró cerca de una pared en la galería de arte. Durante toda la exposición, teniendo la comida a unos centímetros, pero sin poder llegar a ella, él «artista», los organizadores y el público asistente dejaron que el animal muriera de hambre y sed. Al parecer, el seudo artista alegó que el perro moriría en las calles de todos modos. ¿Alguien puede pensar que sentar a una persona en una silla, amarrarla y estrangularla es un crimen, pero dejarla morir de hambre, allí amarrada, no lo es?

Pero la cosa no ha quedado así, lamentablemente. Tal barbaridad, no solo no ha tenido penalidad alguna, sino que va a ser repetida. Por su «éxito» Guillermo Vargas Habacuc ha sido invitado a participar con su obra en la Bienal Centroamericana de Arte 2008. Es decir, que deberá volver a matar a otro perro, en similares condiciones.

Como ya he dicho en mi escrito en otro de mis blogs, de algo han servido películas como El Padrino, que marcó toda una época, y las modernas series de TV sobre el mundo criminal. Con ellas hemos entendido que, entre esbirros, sicarios y matones a sueldo, sin olvidarnos de espías, también los hay que se consideran unos artistas en su profesión. Unos por especializarse en no dejar huellas; otros por tener la habilidad de simular accidentes o muertes naturales; y muchos otros asesinos comunes, por la espectacularidad de sus trabajos.

Tomando ese raído y absurdo argumento de que «el perro moriría en las calles, de todos modos«, podemos mejorar ese arte macabro, utilizando a un ser humano esta vez. Bastaría con tomar a un indigente que se esté muriendo en cualquier calle. Lo colocamos en el museo y dejamos que, a la vista de todos, vaya muriendo de inanición. ¡Arte vivo! Pero su muerte, de esa gloriosa manera, serviría para dejar su nombre consagrado para la posterioridad artística, en lugar de ser un simple número en las estadístics. ¿No les parece? ¿Con un ser humano no sería un nivel de arte más elevado que tratándose de un simple perro?

Si el sufrimiento, la agonía y la muerte de un ser vivo, sea humano o animal, puede llegar a considerarse arte, tendré que concluir que, durante la Segunda Guerra Mundial, los campos de exterminio nazis fueron grandiosos museos, y los genocidas a cargo eran unos insignes artistas.

Para mi, que Guillermo Vargas Habacuc debe lamentar no haber vivido como funcionario de prisiones nazi del Tercer Reich, en donde habría podido tener una amplia oportunidad de perfeccionar su arte. Por su parte, los organizadores de esas bienales quizás sueñen que dirigieron campos de exterminio, o postulan para algunas de las prisiones actuales en ciertas partes del mundo.

Ante cosas como ésta, no puedo sino repetir las palabras de Matilde Cubillo, presidenta de Amnistía Animal Madrid, durante aquel caso del Museo Reina Sofía, cuando dijo:

«Si esto es arte, no puedo respetarlo»

Porque, si es así, no piso un museo en el resto de mi vida.

Existe en Internet un movimiento con una página recogiendo firmas, para solicitar un Boicot a la presencia de Guillermo Habacuc Vargas en la Bienal Centroamericana Honduras 2008. Si lo deseas puedes dejar también tu nombre, como un granito de arena contra horrores como estos.

Noticia de prensa referida: Denuncia contra el Reina Sofía por presunta apología del maltrato animal en una obra

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