El parto de la perra

Perra bulldog pariendoUnas pocas horas antes del parto, la perra manifiesta una temperatura corporal algo más baja de lo normal, descendiendo desde los 38,8 o los 38 grados centígrados, que es lo normal para un perro, hasta cerca de 37. Seguramente que ella misma se recogerá en su caja de parto para recibir a sus cachorros. Es común que se lama la vulva con más frecuencia, y sus pezones segregan calostro.

En estado salvaje, las lobas tienen a sus cachorros en lo profundo de su cubil, y en soledad. Pero a nuestras perras domésticas, les resulta reconfortante contar con la presencia tranquilizadora de sus humanos más cercanos. Acostada de lado inicia las contracciones. Puedes ayudarla dándole masajes que partan de la zona del diafragma y vayan hasta el final del abdomen, ejerciendo un poco de presión con las manos.

Los cachorros pueden salir expulsados solos, junto con el líquido, por haberse roto la placenta adentro de la madre; los restos de la misma serán expulsados luego. Pero si vienen dentro de la bolsa placentaria y no se rompiera por si sola, o la madre la abandonara sin hacerlo, allí debes intervenir tú, y con unas tijeras romperla para liberar al cachorrito, o podría morir asfixiado.

Llegado el primer perrito, ella lo desembaraza del envoltorio placentario, terminando de cortar con sus dientes el cordón umbilical, si acaso hiciera falta. Este se verá como una especie de cuerdita blanca y flexible que parte del ombligo del feto. Está provisto de abundantes fibras elásticas a la altura del ombligo, lo que permite que, normalmente, se produzca casi automáticamente su ruptura y separación al momento del parto. Debido a ese proceso, al faltarle el oxígeno que por allí le llegaba, se excita el centro de la respiración y el feto aspira espontáneamente e inicia su vida.

Si todo va bien, la madre lamerá repetidamente al nuevo ser, limpiándole todas las mucosidades con que nació, y hasta que haya adquirido suficiente vitalidad. No te preocupes, la perra, por instinto, ya está preparada para lo que tiene que hacer.

Sin embargo, si después de cierto tiempo, la madre que está atendiendo a su cachorro, ve que no respira ni muestra signos de estar vivo, seguramente lo abandonará para atender a otro. Igual hará en el caso del cachorro que note con falta de vitalidad, y que ella sepa, en su maravilloso instinto, que es poco viable, es decir, que no tiene oportunidades de sobrevivir. En ese caso lo abandonará y no le prestará atención, aún cuando el animalito chille y haga esfuerzos por acercarse a ella. Por ser ilustrativo en relación con este respecto recomiendo leer mi post titulado «sabiduría animal

Luego, mientras la madre ingiere los restos de la placenta en la que venía su hijo, aprovechando así sus proteínas para recuperar las propias fuerzas, se prepara el nacimiento de los otros cachorros, que aparecen a intervalos irregulares, que pueden oscilar entre varios minutos y una hora. Pero hay que estar preparados para casos de partos lentos o lánguidos, en los que los lapsos son mucho mayores. Lleva la cuenta para que el número de cachorros concuerde con el número de placentas expulsadas. Algunos expertos recomiendan no dejar que se coma más de dos placentas, ya que podría causarle constipación intestinal o cualquier otro problema asociado. Por otra parte, si alguno de los cachorros ya nació muerto, no permitiremos que su madre se coma los restos de esa placenta, pues podrían serle perjudiciales.

En el parto se produce un gran sangramiento, por lo que es normal que la perra sienta mucha sed, particularmente si se trata de un parto lánguido. Por ello, durante todo el proceso, algo que siempre debe estar al alcance del animal es agua y leche, que la perra beberá o no, según sus necesidades.

En esto del parto, lo ideal es dejar que la perra haga lo que quiera, tanto antes, como durante el mismo y después. Ella sabe mejor que nadie lo que tiene que hacer.

cachorritosA diferencia de las gatas, puede que el número de cachorros paridos por tu perra excedan al número de pezones disponibles. Es importante que cada cachorro mame, particularmente en las primeras horas, pues no beber esa leche especialmente enriquecida con anticuerpos que produce la madre, puede significar la muerte del cachorro. Así que intervén para que, aquellos que se quedan sin pezones, se alternen con otros y mamen por igual.

No temas agarrar a los cachorros y tocarlos. Se debe hacer, porque es la única forma de saber si están bien. Tocándolos podrás determinar si están fríos, o si no mantiene la cabeza erguida, signo de algún problema. Se recomienda utilizar guantes estériles. Si la relación con tu perra es lo buena que debe ser, ella tendrá absoluta confianza en ti para dejarte agarrar y manipular a sus hijos, tomarlos de la caja y devolverlos. Procura que aquellos miembros de la familia con menos relación, o los amigos, no lo hagan, pues la perra podría ponerse inquieta y tirarles algún mordisco de advertencia.


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