La gravidez en las perras

perra bulldog

Han pasado ya varios días desde que tu perra fue montada por el macho y ahora presenta todos los síntomas de la gravidez: se tranquilizó, su apetito va en aumento y se nota que engorda, el abdomen crece y se prepara la secreción láctea; en suma, que se encuentra en estado de gestación. O eso es lo que tu piensas.

Se dan casos en que el óvulo no fue fecundado, y que, de todos modos, se forme en el ovario la cicatriz que produce el cuerpo lúteo y la hormona de la gravidez. En ese caso, la perra presentará todos los síntomas, pero sin la presencia de fetos. Es lo que se conoce como la falsa gravidez, o gravidez histérica, que, aunque es más propia de los perros pequeños, puede darse igualmente en perros de gran tamaño.


Mi primera boxer, hace ya muchos años, a la que pusimos el nombre de Barbie, pasó por esto en su primera cruza. Incluso tuvo aumento del volumen y turgencia de las mamas, con segregación de líquido. Nos quedamos sin cachorros esa vez, pero aprovechó su condición maternal para criar a un gatito que apareció por esas casualidades de la vida.

El diagnóstico no siempre es fácil, sobre todo antes de los 40 a 45 días, momento en que comienza a ser posible palpar los fetos en el vientre materno. Si se conoce verdaderamente al animal, un síntoma bastante confiable de que realmente hay gravidez, es el cambio de carácter. Puede volverse más dócil, tranquila y afectuosa; o por el contrario, puede tornarse irritable, agresiva y desobediente.

Una vez cumplido el acoplamiento entre el macho y la hembra, y lograda la fecundación, comienza para ella el período de gravidez, que tiene una duración de unos 55 a 60 días, con muy pequeña variación. Algunos especialistas difieren, y dan un lapso de 58 a 65 días. Los óvulos fecundados en la trompa llegan al útero de la hembra en el término de 8 a 10 días.

Solamente después de unos 40 a 45 días es posible sentir a los cachorros al palpar el abdomen de la hembra; pero muy cuidadosamente, con ambas manos, de adelante hacia atrás. Quiero insistir en esto de «muy cuidadosamente», porque una mala presión podría causar daños graves a los delicados fetos en desarrollo. Es conveniente que el proceso de palpación sea guiado por un veterinario, porque tampoco es fácil sentirlos al tacto, y tienden a confundirse con bolas de excremento en los intestinos de la madre. La auscultación cardiaca por medio del estetoscopio no suele dar resultados en esta etapa, debido al pequeño tamaño de los cachorros.

Pero una vez confirmado el embarazo -te dejaste de tonterías y le mandaste a realizar una ecografía- debes procurar a tu amada perra cuidados adicionales, como futura madre que ya es.

Hablar sobre el parto y el puerperio lo dejo para otro artículo, que escribiré después que hable sobre la alimentación de la futura madre. Como ya dije: estas cosas tienen su orden.


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