¿Qué entiendes por pasear a tu perro?
Posiblemente hayas escuchado mil veces aconsejar la necesidad de pasear a tu perro, para que tenga una vida saludable, tanto mental como físicamente. ¿Pero qué entiendes tú por pasear al perro?
Hay infinidad de personas que dicen que van a dar una vuelta, se montan en el auto y salen a rodar por la ciudad. También conozco a otros que, para que el perro se distraiga , lo suben al asiento de atrás del auto y dejan que vaya con la cabeza fuera de la ventanilla.
Sacar a pasear a un perro para que haga ejercicio es llevarlo a caminar. El problema es que, a la velocidad que tú sueles caminar, puede resultar casi nada para el animal, dependiendo de la raza y su tamaño. Me da lástima cuando observo a personas caminar con lentitud agobiante, mientras el perro marcha al lado de ellos con aire de resignación. Por supuesto, esos animales suelen tener sobrepeso. Imagínense a un galgo pasando por eso. Esas tres calles a las que le diste la vuelta, deteniéndote a conversar con todos los amigos, para el perro no ha sido ni calentar.
Para que un perro haga verdadero ejercicio necesita correr algo, particularmente los galgos y los perros cobradores. Pero para eso se necesitan dos cosas básicas: espacio adecuado y normas que lo permitan.
Acostumbro pasar por parques en Madrid que tienen una buena extensión de terrenos ajardinados, aptos para que los perros puedan correr un rato con libertad, husmeando por aquí y allá, sin peligros de automóviles y jugar con otros amiguetes. Muchos dueños los dejan hacer a sus anchas, pero están corriendo un riesgo, ya que la mayoría de las normativas prohíben dejar los perros sueltos en espacios públicos, para protección de las personas. Parques como el Juan Carlos I tienen áreas cercadas para soltar a los perros con total seguridad para ellos y para el resto de los usuarios del parque, pero son excepciones.
Quiero matizar el aspecto de «seguridad para el perro» en cuanto a que no corra el riesgo de que algún auto lo atropelle o que se despeñe, por poner lo más drástico. Porque en cuanto a lo de «seguridad para las personas» habría mucho que decir. He visto reacciones de temor de personas al ver acercarse correteando a un noble perro labrador, tan solo porque estaba suelto y no tenía bozal. Y era un entrenado perro lazarillo al que habían dejado hacer algo de ejercicio. Porque la irracionalidad del ser humano ante la vista de un perro suelto, sobre todo de gran tamaño, puede llegar a niveles realmente asombrosos. Similar a lo que decían los colonizadores norteamericanos respecto a los indios piel roja, hay quienes dicen que «el único perro bueno es el perro muerto». El hecho es que algunos lo ponen en práctica, porque en parques de Palencia han muerto numerosos perros a causa de envenenamientos, al parecer intencionados.
Con respecto a esto, leo en unas notas de prensa enviadas por Kalibo, correduría de suguros, con quien tuve asegurada por responsabilidad civil a Penélope, mi última perra boxer:
Propietarios de mascotas han recogido 4.000 firmas para entregarlas al Ayuntamiento y al Procurador del Común. Ecologistas en Acción se ha ofrecido para que los propietarios de perros muertos a consecuencia de los envenenamientos se puedan personar como acusación particular ante los Juzgados palentinos. (…)
El asunto para que los perros puedan gozar de cierta actividad en determinados momentos está entonces en las restrictivas normativas al respecto, sobre las que hay que hacer algo. Y algunos ayuntamientos ya lo están haciendo.
El Ayuntamiento de Bilbao pretende establecer un horario para «facilitar el libre esparcimiento» de los animales en los parques y jardines de la ciudad. El Consistorio prepara la modificación de la Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales. En el texto se fijará cómo y cuándo los propietarios pueden soltar a sus mascotas, una actividad que el Gobierno vasco ya regula en un decreto que permite a los municipios habilitar zonas de esparcimiento de animales. (…) «Estamos barajando dos turnos, uno a primera hora de la mañana y otro por la noche. De todos modos no coincidirá con el de mayor afluencia de niños y personas mayores», subraya el concejal responsable. (…)
Si tú eres de los que tiene un perro que tiende a engordar, que manifiesta aburrimiento y mal comportamiento, mira si le estás dando el ejercicio y esparcimiento que necesita. Quizás ya no tengas edad o ánimos para salir a correr tú llevando el perro al lado, ni tampoco para montar en bicicleta o patinar, ejercicios que serían excelentes tanto para ti como para tu querido perro. Pero con un poco de buena voluntad encontrás la forma de, si no dejarlo en total libertad, al menos «darle un poco de cuerda». Yo tengo correas extensibles de hasta diez metros de longitud. Enséñale a jugar atrapando un disco frisbee y lo tendrás alegre haciendo un sano ejercicio en unos pocos metros. Los hay de goma, especiales para perros.
Por supuesto, hay otras formas, en ocasiones inesperadas. Si tienes un pequeño, arrojado y juguetón buldog francés y lo llevas al Parque del Retiro los fines de semana, cuando tocan tambor unos conocidos personajes dando folclóricos saltos a ritmos africanos, puedes dejar que el animalito haga ejercicio persiguiéndoles los pies en un amago de morderlos, dando un nuevo realce al espectáculo.
Ten en cuenta que una cosa es lograr que el perro haga ejercicio y otra, muy distinta, puede ser el solo pasearlo. Por supuesto, darle ese simple paseo es mucho mejor que nada, tanto para él como para ti.
Aclaro que el encantador bulldog francés de las imágenes era un perro de caracter muy equilibrado, que en ningún momento mordió a nadie; tan solo se limitó a ladrar, avanzar y retroceder, persiguiendo los zapatos de los danzarines negros que se movían contínuamente con sus tambores. El animalito se ganó una enorme cantidad de fotos de todos los presentes.
Vídeo de la fase básica de entrenamiento para lograr que un perro se interese por el disco frisbee.
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