Por los motivos que ya referí en el post titulado Temor al veterinario, le compramos un nuevo bolso de transporte para nuestra gatita siamesa Aiko.
Este es de lona. Uno de los laterales cortos tiene una cremallera alrededor, que permite abrirlo completamente para que ella pueda entrar y salir. Pero tiene también una amplia abertura en la parte superior, igualmente con cierre de cremallera, por donde, no solamente ella puede ir con la cabecita afuera, mirando el mundo, sino que también nos permite meter nuestra gata y sacarla con más facilidad que por el lateral, sobre todo cuando lo llevamos colgado al hombro.
Un lado es totalmente cerrado. Los otros tres son en malla que, no solamente le permite una excelente ventilación, sino también observar perfectamente el exterior desde adentro. Sin embargo, Aiko prefiere ir asomada por arriba.
De verdad que ha resultado una excelente adquisición, y no fue nada fácil encontrarlo en Madrid. Es ligero y tiene el tamaño adecuado para ella; ni pequeño, que no pueda moverse adentro con facilidad; ni demasiado grande, que nos resulte complicado de llevar. Lo tenemos para trayectos cortos, cuando la sacamos de paseo, no para largos viajes.
Puede llevarse de la mano o colgado al hombro. Mi hijo puede llevarlo sobre sus piernas sin dificultad, en su silla de ruedas. Adentro tiene un gancho en donde puede sujetarse una correa corta, para evitar que el gato pueda saltar afuera inoportunamente.
Y cuando llegas al parque, solamente tienes que poner el bolso en el piso, y ella ya se sabe la rutina.
Seguimos teniendo su kennel rígido, bastante más grande, pero ese es para los viajes largos, aunque ella lo usa en casa como sitio para dormir, cuando le provoca. Se siente cómoda y segura dentro de el.
