En mi entrada anterior hablé sobre la factibilidad de entrenar a cualquier gato para llevarlo de paseo, sujeto a una correa. Si, como si fuera un perrito. Y mencioné también la conveniencia de un bolso transportín adecuado para esos desplazamientos, y donde el gato pueda refugiarse cuando lo considere adecuado.
Con fecha 25 de julio de 2007, en el post titulado: El nuevo trasportín de Aiko, me referí al nuevo bolso de transporte (transportín o kennel) que le habíamos comprado a la gata siamesa de mi hija mayor, para cambiar el anterior de tipo rígido. Fue un intento para ver si lográbamos cambiar la actitud negativa que, después de su operación de esterilización, ella había comenzado a presentar cada vez que la llevábamos al veterinario, problemática que describí en el post: Temor al veterinario.